lunes, 12 de diciembre de 2011

Mientras me observo tímidamente,

Tras cansarme de ver mis botas con un sucio suelo de fondo, alcé la vista
y vi a un hombre (también se le puede nombrar chico).
Estaba cabizbajo, con una mirada perdida en busca de un horizonte difuso.
Pelo negro cual azabache mas precioso que pueda existir, largo y tan
despeinado que me recordó al desastroso kaos que hubo en el principio de
los tiempos.
Entre sus pelos de la frente se le veían los ojos, podrían ser algo bonitos
si dedicase mas tiempo al sueño y menos a los sueños, a sus ojos mas rojos
que blancos los acompañaban unas amplias ojeras típicas del oso panda. Su
mirada se clavó en mis ojos y hubo una intensa comunicación sin decir
palabra alguna.
Tenía algo de barba, la justa para transmitir la importancia que le daba
su imagen.
A pesar de que supiese que le estaba mirando mantenía un rostro firme y
melancólico, hasta que llegó un momento en el que sacó su mejor sonrisa,
y mirándonos a los ojos nos dijimos mutuamente: "si Iván, esta es la
persona que querías ser".

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