viernes, 27 de enero de 2012

Desconocida I

Comienzo a describirla y es como mirarme al espejo,
tristeza, pena, melancolía, rabia, enfado y alegría,
está en mi cabeza y cuando por fin la dejo
cambia todo y no le encuentro el sentido a este día.

Tras un día sin verla la noche se hace eterna,
voces en mi cabeza, gestos de su cara
de días pasados, aparece la musa que gobierna
en mi mente, y me pide escribir con su voz clara.

Ella, tan carismática y a la vez tan diferente
a mi, yo la pienso, está en mi cabeza
cuando existimos yo ella y el resto solo es gente
para mi, no es otra, esta pasó la fortaleza,
mi fortaleza.

La podría considerar mi alter-ego, pues es mi otro yo,
coincidimos en política, poesía, música, ¿amor?
De amor nunca hemos hablado, yo no he querido
al igual que ella tampoco, preferimos no hablar de sinsentidos.

Pienso que si piensa igual que yo me odia,
porque yo me odio y no me aguantaría,
pienso que a este paso no encontraré novia
pero me da igual si mi chica perfecta me odiaría.

Desconocida II

Ahí está, la miro, la observo, la describo,
ella me mira de reojo y mestra pasividad,
a la vez se sonroja y sabe que me fijo
en ese rostro que me lanza una mirada fugaz.

Me pregunto por qué pero no lo entiendo,
mi cabeza en otro sitio y no sé donde.
Mirando otro lugar y la sigo viendo,
no soy culpable de que ocupe mi horizonte.

Mientras busco otro lugar mis ojos van a ella,
los rayos de luz le llegan y destellos se estrellan.
Tiene un resplandor mientras yo vivo eclipsado,
es el contraste a la oscuridad de este mundo tan amargo.

Ella, dulce y esperada como un café por la noche,
yo amargado por mis rayadas pienso en presentarme,
llegaría con poema en mano para ponerle el broche,
debería estar nervioso de ilusión, pero ya me pilla tarde.

Es tarde, hace frío y estoy falto de calor,
decido acercarme a ella en busca de conversación,
levanta la mirada y por fin me mira,
noto como de cabeza a pies me examina.

Sus ojos se clavan en los mios, pulsaciones se disparan,
me pongo en pie y parece que gira el suelo
mientras tiemblan las piernas y la timidez me falla,
cuando de mi boca solo sale una pregunta pidiendo fuego.

La dulce chica contesta y hace un movimiento de cabeza.
No fui capaz de decir un "hola", y el fuego que pedí ahora me arrasa,
entonces siento que me puede la decepción y la tristeza
cabizbajo y hundido solo miro las valdosas de la vuelta a casa.

lunes, 23 de enero de 2012

Un proceso léxico.

Alguna trepa por la aorta, ya alimentada de odio e ira entre otros manjares. Otras salen delirando de un debilitado hígado que hace todo algo más ameno. Todas ellas pasan por un pogo de neuronas, la inmensa mayoría se queda ahí por miedo al exterior. Las más valientes deciden ser un sonido expulsado, y ayudadas por la lengua logran salir de tal antro. Otras, entre ellas las más inteligentes, son capaces de huir aunque permanecen insonoras, salvo por esa vocecilla interior que usa el lector para embellecer aún más el texto, mediante una herramienta y con un simple movimiento de mano son capaces de llenar de vacío hojas vacías.
Y así es el proceso de una palabra. Una palabra, que junto a las otras forman aquella frase,aquellos textos, aquellos cuadernos, esos quebraderos de cabeza, esos berridos consoladores de silencio, esta persona.

 El Principito

martes, 17 de enero de 2012

Hablaría.

Hablo de odio, como también podría hablar de amor,
hablo de ojos que gritan,
hablo de palabras que mienten.
Hablo por lo que fue desesperanza, y ahora es ilusión,
hablo por los sentimientos que giman,
hablo por de fortuna y no suerte.

Hablo de como grita un mimo,
hablo de que acompaño a la soledad,
hablo como si hablase para sordos.
Hablo pero sobre todo escribo
escribo por mi propia tranquilidad,
en el fondo no hablo nada, solo pienso todo.