Comienzo a describirla y es como mirarme al espejo,
tristeza, pena, melancolía, rabia, enfado y alegría,
está en mi cabeza y cuando por fin la dejo
cambia todo y no le encuentro el sentido a este día.
Tras un día sin verla la noche se hace eterna,
voces en mi cabeza, gestos de su cara
de días pasados, aparece la musa que gobierna
en mi mente, y me pide escribir con su voz clara.
Ella, tan carismática y a la vez tan diferente
a mi, yo la pienso, está en mi cabeza
cuando existimos yo ella y el resto solo es gente
para mi, no es otra, esta pasó la fortaleza,
mi fortaleza.
La podría considerar mi alter-ego, pues es mi otro yo,
coincidimos en política, poesía, música, ¿amor?
De amor nunca hemos hablado, yo no he querido
al igual que ella tampoco, preferimos no hablar de sinsentidos.
Pienso que si piensa igual que yo me odia,
porque yo me odio y no me aguantaría,
pienso que a este paso no encontraré novia
pero me da igual si mi chica perfecta me odiaría.