sábado, 5 de enero de 2013

Aislándome de mí

   Se amplía el horizonte mientras veo su mirada, está cerca, me noto más feliz de lo normal y no deseo nada más. Tan solo con una caricia puede hacer que me sienta el hombre más feliz del mundo, tan solo con unas palabras susurradas al oído puede hacer que se me ponga la piel de gallina, con solo ver sus andares mi día ya cobra sentido, y si además van hacia mí cobra sentido todo el mes.
   En sus ojos veo mis ojos, me veo a mí, es el puro reflejo de lo que siempre quise llegar a ser, y tan solo desde unas pupilas dilatadas se me puede ver así.
   El dinero, las materias primas, las ideologías... son solo excusas que se ponen para luchar por ella, al menos en mi mundo. Ella es capaz de evadirme de todo el alrededor asqueado que me rodea.
   Pero no. Ella jamás se fijó en el chico de la mirada triste, que apenas hablaba, que escuchaba esa música tan rara y siempre iba con capucha, sentimentalmente perdido, en aquel chico que la querría como se merece. Y al final, ella desapareció. Se abrió paso entre las tinieblas para volver de donde vino, de la nada eterna.
   Ella jamás podrá sentir lo que habría sentido conmigo, ella jamás tendrá a alguien en que la ponga más allá de todo, ella jamás estará en ese pedestal, jamás estará donde se le corresponde.
   Y mientras yo, tan solo quería formar  parte de su memoria, tocar cada uno de sus lunares como si tocase la Luna, tan solo quería tener a alguien por quien sea motivo de levantarme cada mañana, tan solo quería querer.


"Ayer soñé que soñabas que venías en mi rescate"- Pablo Hasél

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